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    El espejismo de los aliados abstencionistas

    El espejismo de los aliados abstencionistas

    Por: Gerardo Garibay Camarena

    Hace más de medio mes de las elecciones en el Estado de México, pero incluso mientras las heridas cierran, hay ciertos mitos que se aferran a la existencia. Quizá el más nocivo es el espejismo de los aliados abstencionistas; es decir, la idea de que la mayoría del país respalda a Va por México, pero que Morena ganó las elecciones porque muchos de esos votantes naturales de la oposición se quedaron en casa por algún dramático caso de abulia colectiva.

    No es cierto. Es una mentira profundamente dañina. Veamos:

    Es una mentira, porque no hay ningún dato definitivo que nos confirme la teoría de que esos abstencionistas habrían votado por la oposición. El espejismo de los aliados abstencionistas se basa en una muy pobre comprensión de cómo funciona la estadística y de cómo funcionan las encuestas.

    Me explico: Los Opositores™ afirman (con razón) que del análisis de las elecciones del año 2021 se desprende que Va por México tendió a ganar las secciones electorales con mayor participación electoral; de ahí se lanzan a una auténtica desnucadora lógica para afirmar que “si entre más participa la gente, más vota por la oposición; entonces entre más se incremente la participación más ganará Va por México, que tiene el respaldo de la mayoría silenciosa del pueblo, solo que Morena gana porque tiene estructura de acarreo, la cual se compensa sacando más gente a votar”.

    Es un ejemplo de verdades a medias que se vuelven mentiras completas. Sí, Va por México tiende a ganar las casillas donde en 2021 votó más gente, pero ese diagnóstico no puede convertirse en una proyección, por el simple y sencillo hecho de que las elecciones no son encuestas y no es intelectualmente honesto extrapolar la voluntad de quienes no votaron a partir de la de quienes sí fueron a la casilla.

    ¿Pero, por qué, si con las encuestas, que le preguntan a mil personas, puede proyectarse la opinión del país entero, no podríamos hacer lo mismo con unas elecciones donde votan 5 millones de personas…o 50 millones? Pues no se puede, y la palabra clave es aleatoriedad.

    Las encuestas funcionan seleccionando aleatoriamente a un grupo de personas representativas de ciertas características demográficas clave: sexo, edad, ubicación geográfica, etc. Los participantes no eligen ser seleccionados para la encuesta, por lo tanto, al ser obtenidos de entre la población general, las proyecciones que se construyan a partir de sus datos son extrapolables…a la población en general.

    Las elecciones funcionan de manera absolutamente opuesta. Votar no es un acto aleatorio, sino una acción plenamente voluntaria; y lo mismo es el abstenerse. Por lo tanto, el votar -o no hacerlo- divide al país en dos grandes poblaciones, cuyas características, prioridades y simpatías no necesariamente serán similares. En consecuencia, todas los diagnósticos y análisis derivados de los resultados de una casilla podrán proyectarse únicamente a la “población” de quienes sí votaron, y a nadie más.

    Visualicémoslo con m&m’s: Imagina un gran platón de ensalada, repleto de esos deliciosos confites en color azul y rojo; esa es la población en general. Si quieres tener una idea de cuáles son los porcentajes de cada color puedes sacar aleatoriamente unos 20 chocolates y contar los rojos y los azules; eso es una encuesta, que te permite inferir razonablemente bien el dato total, sin necesidad de contarlos todos. Hasta ahí todo bien.

    Ahora imagina que llega tu mejor amigo y elige los m&m’s que le parecieron más apetecibles y los pone en un vaso. Esos son los votantes. Tu puedes vaciar ese vaso y contar los confites, puedes incluso sacar solo algunos de ellos y hacer una proyección respecto al resto del vaso (los votantes). Lo que no puedes es, a partir de los porcentajes del vaso, proyectar los porcentajes del platón (los abstencionistas), porque al momento en que separaron de forma no aleatoria se convirtieron en una población diferente.

    Ok. Entonces queda claro que no podemos conocer la opinión de los abstencionistas a partir de la de los votantes; bueno, pues menos aún podemos afirmar que esos abstencionistas votarían por la oposición en aquellas secciones que ganó Morena. ¡Es absurdo! Implica creer que sí, por ejemplo, en el corazón de Neza o Ixtapaluca votara más gente, entonces ganaría el candidato del PAN. Sabemos que no sucedería así.

    Entonces, ¿hay forma de tener una idea de cómo “habrían” votado los abstencionistas? No con certeza, pero la aproximación más viable sería recurrir a la proyección que sí es aplicable a la población en general; es decir: las encuestas, y las encuestas no muestran por ningún lado a esa mayoría de opositores que aman a Va por México pero les da flojera ir a votar. Es un espejismo.

    ¿Por qué ese espejismo es tóxico?

    • Primero, porque los dirigentes de la Oposición™ lo están utilizando para quitarse responsabilidad de las graves consecuencias de sus pésimas decisiones, al son de que, si Va por México perdió el Edomex, no fue por la absurda narrativa y la inerte campaña de Alejandra del Moral, sino porque la gente es floja. ¡Esos mexicanos irresponsables, saben que Alito y Marko tienen razón, pero se les pegaron las sábanas y no fueron a la casilla!…seguro.
    • Segundo, porque este espejismo lleva a que la Oposición™ se engañe a sí misma, con la idea de que una mayoría del pueblo los respalda y que, por lo tanto, el enfoque tiene que estar en la promoción del voto; si el pueblo ya está convencido de votar por Va por México, solo es cosa de sacarlos a las casillas, ¿cierto, no? ¡No! No es cierto, esa “mayoría” no existe, y la Oposición™ se tiene que enfocar en convencer a la gente y construir esa mayoría, antes de ponerse a pensar en como sacarlos a votar. De otro modo, van a desperdiciar tiempo y millones de pesos en promover el voto, y en una de esas convencen a la gente de ir a votar…por Morena.
    • Tercero, porque la afirmación subyacente detrás del espejismo de los aliados abstencionistas es que en lo fundamental la Oposición™ está haciendo bien las cosas y que solo falta afinar pequeños detalles para ser competitivos en 2024, y eso es falso. Es una mentira que favorece exclusivamente a las dirigencias de los partidos y los “emprendedores” de la burbujita opositora.

    No señores. No hay una mayoría opositora esperando en las sombras. Coincidencia no es causalidad. Las elecciones no funcionan como encuestas. La Oposición™ no está encaminándose al triunfo. Los espejismos no son reales. Falta menos de un año para las elecciones, el tiempo se agota y si no se corrige, nos va a ir MUY mal.

    Advertidos estamos.

    Autor

    • Gerardo Garibay Camarena

      Doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su próximo libro es “La forma del futuro: Del metaverso y los macrodatos, a la civilización de la soledad y las nuevas lealtades."

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